La búsqueda del Yeti continúa

La búsqueda del hombre de las nieves (yeti) continúa. En los Urales se está preparando una expedición al noroeste de la región para encontrar algún indicio de la permanencia allí del hombre de las nieves.

Los testimonios de habitantes locales, así como los resultados de anteriores expediciones internacionales al Altái infunden a los participantes de la próxima expedición la esperanza de que el enigmático ser sea encontrado.

Aún a mediados del siglo XX empezaron a aparecer testimonios de personas que aseguraban haber visto a seres extraños en la región del Norte de los Urales. Posteriormente esos testimonios fueron cada vez menos. Sin embargo, el año pasado los humanoides empiezan a ser vistos por cazadores en una y otra parte, se encuentran enormes huellas similares al pie humano y copos de lana desconocida. Posiblemente durante la expedición se logre revelar la verdadera naturaleza de estos humanoides – supone el participante de la próxima expedición Alexéi Komanev, quien está convencido de que más que nada les cae mejor el nombre de “hombre de los bosques”.

–Consideramos que darles el nombre tibetano de “yeti”, si bien es comprensible, no es correcto. La denominación hombre de las nieves nos hace pensar que ese ser vive en la nieve o aparece únicamente en invierno, lo que es totalmente desacertado. La denominación hombre de los bosques es, a mi juicio, la más acertada, porque en nuestra región son vistos precisamente en los bosques. Y digo hombre, porque no se parece a un oso, ni a ningún otro animal; más que nada se parece a un humanoide peludo.

En otoño del año pasado, científicos de EEUU, Canadá, Suecia, Estonia y Rusia encontraron diminutos trozos de lana de tal humanoide en una cueva del Altái. La materia empezó a ser estudiada por zoólogos y genetistas de San Petersburgo. Por su estructura, el pelo del “espíritu de la taiga”, como suelen llamarlo los cazadores locales, y del bigfoot norteamericano encontrado mucho antes, coincide. Por lo demás, las investigaciones se realizaron según el método de microscopía electrónica, que no es absolutamente exacto – explica el doctor en ciencias biológicas y experto del Centro de Seguridad Ecológica de la Academia de Ciencias de Rusia, Valentín Sapunov:

–Hoy en día los datos más fidedignos corresponden a los del análisis de ADN. Después de una serie de investigaciones, tanto los norteamericanos como nosotros hemos obtenido un resultado muy interesante: el ADN de este ser prácticamente no se distingue del ADN del Homo sapiens.

Las divergencias, según el científico, son inferiores al 1 %. A título de comparación, el chimpancé, que físicamente es el animal más afín al hombre, se diferencia de nosotros, hablando de genotipo, entre el 1 y 2 %. Claro que no puede considerarse que el análisis genético realizado sea al cien por ciento seguro. La pureza del experimento, estima del profesor Sapunov, pudo haber sido alterada por los propios investigadores, y además la lana es un material poco informativo:

–No podemos determinar con suficiente precisión por el pelo la especie biológica a que pertenece este ser. Se lo puede hacer únicamente en el seno de la subclase y por análisis de ADN, si llega a haber más material, aunque sea una gota de sangre o varias decenas de pelos. De momento los resultados no son definitivos.

Quizás la nueva expedición a los Urales nos acerque más a la revelación de este secreto. Sus participantes partirán en busca de la pista del hombre de los boques en verano, aproximadamente a principios de julio. ¿Se hará realidad el cuento?, el tiempo lo dirá.


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